En El País, ha aparecido un artículo sobre nanotecnología, muy interesante. Ya hay lavadoras con nanocomponentes que esterilizan la ropa, ventanas que se autolimpian, y un largo etcétera. Pero quiero centrarme más en los nanoavances que pueden repercutir directamente con nuestra salud, "por ejemplo, las nanopartículas de dióxido de titanio bloquean la radiación ultravioleta pero son invisibles, lo que las hace idóneas para cremas solares. También hay nanocristales de hidroxiapatita, el componente principal de la dentina de los dientes, que ya se añaden a dentífricos -presumiblemente refuerzan la dentina-."
Lo que preocupa de todo esto es que "se sabe que las nanopartículas, una vez en el organismo -tras haber sido inhaladas, ingeridas, inyectadas o absorbidas por la piel- pueden atravesar la barrera hematoencefálica, que evita que sustancias potencialmente tóxicas en el torrente sanguíneo entren en el cerebro."
Pensemos, que estas partículas, bien por ponernos ese bronceador, o utilizar esa pasta de dientes, o peor, porque llegue el momento en que los electrodomésticos sean desechados, la nanocontaminación se propague y estemos expuestos en un futuro no lejano, nos afecten. ¿Nuevos virus? ¿Nuevas enfermedades?
"Otro estudio interpretable como advertencia, aunque tímida, es el realizado por expertos de la Agencia de Protección Medioambiental de EE UU con nanopartículas de óxido de titanio de los protectores solares. Los investigadores comprobaron que si añadían estas nanopartículas a células cerebrales de ratas en cultivo, éstas liberaban compuestos tóxicos a largo plazo."
Bueno, parecía que con las vías de contaminación actuales, además de ser suficientes para acabar con la vida en este planeta, no se pódría ir más allá. Pues nos equivocamos... contaminemos "hasta el infinito, y más allá..."
Fonte - Cuenta Atras
Fonte - Cuenta Atras