quarta-feira, 30 de maio de 2007

Saludo de los observadores de la tradición evangélica a la Conferencia de Aparecida


Que las iglesias protestantes y evangélicas del mundo se unirán a la Iglesia Católica de Roma, es un anuncio hecho hace 2000 años que se va viendo cumplido en nuestros días. Hoy he conocido la carta de "Saludo de los observadores de la tradición evangélica a la Conferencia de Aparecida" por la ocasión del tour que está llevando a cabo Benedicto XVI por aquellas tierras, y con el llamado hecho por Benedicto XVI para evangelizar el mundo entero, y que dará lugar a una cima el 21 de octubre de este año bajo el título: "Todas las iglesias para todo el mundo".

Voy a reproducir parcialmente la carta que ha sido publicada íntegra en Zenit.org, y que será más que significativa para aquellos que observamos las noticias y señales que en ellas aparecen:

" Muy amados Cardenales, Obispos, Sacerdotes, hermanos y hermanas. En primer lugar queremos expresar nuestra gratitud y reconocimiento por la invitación recibida del Cardenal Walter Kasper, Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, a nombre del Papa Benedicto XVI, que nos ha permitido acompañarles, en calidad de observadores, en este magno evento. […]

Confiamos en que esta continuidad, que también se expresa en los diálogos bilaterales entre la Iglesia Católica Romana y varias de las Iglesias de las que provenimos, y en la Comisión Mixta de Trabajo entre ella y el Consejo Mundial de Iglesias, será signo y anuncio de una mayor y mejor cooperación ecuménica en nuestro continente, tan necesitado de signos de comprensión, mutua aceptación y reencuentro fraterno. […]

A pesar de las diferencias históricas y doctrinales que nos impiden dolorosamente participar juntos en la Mesa de la Comunión , estos textos nos permiten afirmar que nos une a ustedes el llamado de Jesús a proclamar y celebrar la vida abundante que nuestros pueblos tanto necesitan. No podemos menos que reconocer el testimonio y la prominencia de la Iglesia Católica Romana en la evangelización de nuestra América. Guiados por el Espíritu de Dios y su Palabra, más allá de las ambigüedades de las circunstancias históricas, hombres y mujeres ejemplares, fieles discípulos y misioneros del Señor, han sembrado la Palabra en este continente, y han constituido comunidades que han sido servidoras de los más necesitados en nombre de Cristo, han dado muestras de la inspiración del Espíritu Santo en sus palabras y acciones, y han celebrado con fe al Dios Trino.

[…]
Para que esta presencia cristiana diversa no esté marcada por la confrontación y la competencia, sino por la vocación común de ser discípulos y misioneros de nuestro Señor Jesucristo, nos parece necesario utilizar un lenguaje que permita mantener los canales de comunicación ya existentes, y que aun permita abrir nuevos puentes. Reconocernos mutuamente como Iglesias y Comunidades Cristianas, es la forma de mantener abiertas las puertas para el diálogo, diálogo imprescindible para desterrar juntos cualquier práctica sectaria o beligerante que atente contra el verdadero espíritu misionero. Tendremos que aprender, guiados por el Espíritu de Dios, a conocernos y reconocernos cada vez más como parte del uno y múltiple pueblo de Dios, deudores de su multiforme gracia. Somos llamados a crecer en la unidad en la diversidad a la que nos convoca el Señor, para que, en mutuo respeto, en amor, encontrándonos en los caminos de la fe, proclamemos su Santo Nombre, y en Él, discípulos y misioneros que llegamos desde distintas tradiciones y modos de expresar nuestra fe, anunciemos para nuestros pueblos la vida plena.
" (la negrita es mía).
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No añado nada más. El que lee, entienda.

Fonte - Cuenta Atras
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